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Ed Avis, la encantadora Joselina, y Kathy Furore en el Bar Universal en Barcelona
El editor Ed Avis y yo acabamos de regresar de unas vacaciones de trabajo de un mes en España. Ha sido un viaje fantástico, lleno de visitas a innumerables restaurantes y lugares hermosos e históricos en Barcelona, Madrid y Málaga.
Pero lo más memorable de nuestra aventura no han sido las excursiones turísticas ni la deliciosa comida, sino las personas que hemos conocido a lo largo del viaje: la encantadora Joselina, que nos sirvió nuestra primera cena de tapas y vino en el Bar Universal de Barcelona y se acordaba de nosotros cada vez que íbamos a tomar algo; Elena y Juan, los propietarios del pequeño quiosco del barrio al que Ed acudía cada mañana para comprar el periódico local y charlar con la amable pareja a la que consideraba sus nuevos amigos; Elías, el encantador anfitrión de nuestra clase de cocina de paella, que nos llevó de un recorrido por el famoso mercado de La Boquería a su precioso apartamento con vistas a Las Ramblas, donde ayudamos a preparar y luego degustamos el plato tradicional de España; y Martín, el interesante y talentoso artista que nos enseñó el arte del mosaico en su luminoso y artístico estudio.
Y luego estaban todos los demás, personas cuyos nombres nunca supimos, que tan amablemente nos ayudaron en todo, desde indicaciones hasta menús para cenar. Nadie esperaba que habláramos español o catalán (aunque siempre lo intentamos, Ed lo hizo mucho mejor que yo), y en la mayoría de los negocios, los empleados casi siempre nos preguntaban si queríamos información y menús en inglés, español o catalán. Y nunca experimentamos ni una pizca del sentimiento antiturístico que nos habían advertido que esperaríamos.
Ese mes fue una lección de vida que no olvidaré fácilmente, una lección muy importante, especialmente en los tiempos de división en los que vivimos: independientemente del país del que procedemos, del país en el que vivimos, del negocio en el que trabajamos o del idioma que hablamos, todos merecemos ser tratados con la misma amabilidad que encontramos en España.
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