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Por Natalia Otero
La reapertura
¿Recuerda la primera semana que su restaurante abrió? Probablemente una tonelada de trabajo, mezclado con emoción y, con suerte, satisfacción. Ahora póngase en el lugar de los propietarios de El Maya Mexican Bar & Restaurant en Frostburg, Maryland. Abrieron el día de San Valentín de 2023 y experimentaron todas esas emociones hasta que, días después de la apertura, un grave incendio en la cocina obligó a cerrar su nuevo restaurante.
Pero los propietarios, Luis Carrizal, Sergio Barrera y José Juan Tavares, no perdieron la fe. Gracias a las sólidas relaciones forjadas a lo largo de años de trabajo conjunto, reconstruyeron el restaurante de sus sueños y lo reabrieron el 21 de octubre de 2024.
“Gracias a Dios teníamos un seguro porque la aseguranza se encargó de hacer la reparación completa. Ahora todo está funcionando bien. Al principio fue triste, pero, gracias a que los tres aún contábamos con trabajo, pudimos seguir”, comenta Carrizal, quien está a cargo de El Maya. “Cuando se quemó el restaurante mucha gente se acercó con tristeza por lo que había pasado y nos ofrecieron ayuda. Ahora que abrimos nos han apoyado y, durante todo este tiempo, estuvieron a la espera. Ha sido una comunidad muy amable con nosotros”.
NO PERDER LA FE Y LA CONFIANZA
Carrizal asegura que “todo pasa por algo, y sólo se necesita tener decisión. Después de que se nos quemó el restaurante, pasamos por un mal momento, pero logramos superarlo y ahora regresamos con más confianza”.
Estos tres socios ya habían trabajado como compañeros en otros restaurantes. Empezaron como lavaplatos, luego fueron meseros, pasaron a cocina y, tras todo el aprendizaje que reunieron tras años de arduo trabajo, se lanzaron a abrir su propio restaurante. Tenían claro que tener un emprendimiento propio era la meta de los tres.
Diseñaron el menú basándose en lo que han trabajado durante años en otros restaurantes. Hicieron una selección de los mejores 40 platillos que cada uno conocía y que sabían iban a funcionar, y así forjaron la línea del menú.
“Ofrecemos una gran variedad de platillos con pollo, carnes, bistecs y tacos que son los más populares en México. También tenemos burritos que se comen más en la parte norte que divide la frontera de México y Estados Unidos”, cuenta Carrizal.
Además, la ventaja de que los tres hayan pasado por todos los puestos en su carrera de restauración hace que hoy en su propio negocio puedan hacer cualquier servicio dentro del restaurante y entrenar a los nuevos empleados.
“Ellos confían en mí y yo en ellos. Los tres estamos realmente contentos”, dice.
SEGUIR LA MISMA LÍNEA
Una de las cosas que Luis Carrizal aprendió en sus experiencias pasadas fue el mantener la misma línea. Por eso, todo en El Maya sigue la misma paleta de colores: desde las mesas, hasta los uniformes, los platos, la página web.
“Tener una línea de trabajo es muy importante: los colores, el diseño, todo cuenta. Eso hace que los clientes se sientan bien recibidos y que los empleados sientan un sentido de pertenencia. De manera que se pueda reconocer al equipo estando por fuera. Que lo porten con orgullo, que sea bien y bonito, que se sienta el amor y se reconozca en todas partes” explica.
Incluso antes de que se quemara el restaurante, ya tenían clara la línea de trabajo y esa es la que han mantenido hasta el día de hoy. Esto les ha ayudado a que la gente los siga reconociendo a pesar del tiempo que ha pasado.
Además de tener una línea clara, Carrizal aconseja tener un negocio en equipo.
“Tener más personas unidas hace que las cosas avancen más rápido. Claro que llegar a un entendimiento es complejo, pero una vez se llegue a un acuerdo es lo mejor. Necesitamos creer en la unión entre personas”, comenta.
Para el porvenir, los socios de El Maya se sueñan con expandir su restaurante e invitar a más socios a que hagan parte de su proyecto.
“Creo que hay que confiar en la gente, y para crecer hay que hacerlo. Queremos ser reconocidos a nivel mundial. Queremos que nuestro trabajo inspire a otras personas”, dice.
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